jueves, 23 de marzo de 2017

Ritual del Doppelgänger IV


Departamento de parapsicología de Londres.
Objeto número 1282. 15/03/1996.
Encontrado en el sótano de la casa de Gallowsditch, Highgate Village, Londres.
El objeto es una caja que contiene distintos documentos y fragmentos de un espejo. La caja está hecha de madera de roble, mide 20 centímetros de largo y de ancho y está equipada con una cerradura de bronce que aparentemente ha sido forzada. En los cuatro lados y en la tapa están talladas las facciones de un rostro con una exactitud precisa. Los documentos en el interior se han deteriorado con el tiempo, pero la mayoría presenta daños por humedad. Una página de sumo interés, prácticamente intacta y la mejor preservada de todas, está señalada con la fecha «24 de septiembre de 1966», y está titulada:
«Ritual del Doppelgänger IV: Invocación del doble, por Edmund Gray».
El documento, escrito a mano, dice lo siguiente:
«Aquí voy a transcribir la ceremonia secreta para la invocación de tu doble. Todos los procedimientos anteriores a éste deben ser descartados, puesto que ninguno condujo a resultados positivos. Aquí se detalla el ritual perfeccionado. He documentado esto para la posteridad, y aconsejo fervientemente no poner en práctica lo siguiente si careces de una mente sana, del conocimiento base adecuado y las herramientas para protegerte de las fuerzas maléficas que puedan manifestarse ante ti por algún error que hayas cometido.
Objetos requeridos:
— Un espejo grande que pueda pararse solo.
— Una hoja pequeña y afilada, como las hojas de afeitar.
— Velas.
— Gran cantidad de limadura de hierro.
— Una manta de tela negra grande.
— Un gramo de hongos psilocibios (opcional).
Es recomendable que este ritual sea realizado tarde por la noche para así tener una paz absoluta, libre de cualquier interrupción no deseada.
Prepara un cuarto vacío. Este cuarto debe ser usado sólo para los propósitos del ritual, y mantenlo cerrado en todo momento.
Coloca el espejo en la pared norte.
Sella el cuarto regando la limadura de hierro en una línea continúa alrededor de la habitación, asegurándote de incluir al espejo en este espacio protegido.
Come los hongos secos (sus efectos alucinógenos “rompen” las paredes de la realidad entre éste y otros planos ocultos de la existencia). Harán efecto en aproximadamente una hora y media.
Retira toda tu ropa y párate frente al espejo.
Coloca las velas a tu alrededor y enciéndelas.
Toma la hoja y hazte un corte profundo en un dedo. Cuando la sangre esté fluyendo, deja que caiga por todo el borde del espejo.
Ahora, quédate quieto y observa detenidamente tu reflejo; estudia cada centímetro de tu cuerpo, empezando primeramente por tus pies y ve subiendo poco a poco. Cuando hayas llegado a tu rostro, mírate a los ojos, y di:
“Espíritus del reino oculto, seres del mundo espejo, speculum speculorum, los invoco en este momento para que me asistan en mi búsqueda. Desde el mundo de la noche más allá de las fronteras de la realidad y el tiempo, ustedes, los antiguos, ayúdenme ahora y denme su bendición”.
Cierra tus ojos y en tu mente imagina al espejo como una puerta. Respira lentamente por tu nariz, aguanta la respiración por tres segundos y exhala por tu boca, contando hasta diez tras haberlo hecho. Camina a través del espejo en tu mente.
Encima, debajo y a tu alrededor no hay nada más que una oscuridad absoluta; estás suspendido en un vacío negro infinito. El aire está lleno de energía estática que impregna cada fibra de tu ser.
Ahora imagina una llama azul brillante materializándose en el centro de tu pecho; concéntrate en su resplandor, mírala volverse más y más brillante.
Aumentará su tamaño hasta que haya engullido todo tu cuerpo. Di, en tu mente:
“Yo soy un faro, yo te llamo. Yo soy un faro, yo te invoco. Yo soy la llave y te he abierto el camino. Sigue esta luz del espíritu y entra en este reino terrenal”.
Acto seguido, en tu mente, date la vuelta y mira la puerta espejo. Realiza el ejercicio de respiración nuevamente. Al terminar, abre tus ojos.
El siguiente paso requiere de tu total concentración.
Con todo tu ser impulsa a tu reflejo a moverse. Pregúntale en tu mente si puede mover una mano o parpadear, cualquier cosa, siempre y cuando le comuniques tus deseos a tu ser reflejado. Continúa por al menos treinta minutos, si te sientes fuerte y confiado continúa por una hora.
No esperes obtener resultados inmediatos, toma cierto tiempo dominar esto.
Si tienes éxito, podrás ver en un principio a tu reflejo temblar o contraer su rostro levemente, y si perseveras podrás ver movimientos más dramáticos.
Con esto finaliza el ritual.
Realiza esta ceremonia dos veces a la semana o tres. Al final de cada sesión cubre el espejo con la manta negra, apaga las velas y da gracias a los espíritus.
Cuando salgas del cuarto ten el cuidado de no romper el sello protector. Pon seguro a la puerta».
Revisando la propiedad hemos encontrado el cuarto descrito en la guía del ritual. Estaba localizado en el segundo piso y había sido aislado con dos pernos de bloqueo, ambos con candados pesados. Al remover estos descubrimos adentro un marco grande de madera que era un espejo, pero el vidrio había sido removido. En la inspección del marco se encontraron rastros de sangre, marcas de arañazos profundos y varias uñas rotas incrustadas en la madera.

La vieja casa de Markham



Markham es una de las ciudades más grandes en el Área del Gran Toronto. Es una ciudad de desarrollo suburbano de rápido crecimiento, con rascacielos brillantes y abundantes negocios. Todo esto surgió en los últimos treinta años. Antes de eso, Markham era una ciudad tranquila. No era la capital tecnológica de Canadá, como dirá el letrero. Muchos de los vecindarios estaban en granjas.
Aún hay una granja alrededor de la frontera Markham-Pickering. Sin embargo, en 1970, el gobierno canadiense compró una gran porción de esta tierra, con planes de construir un nuevo aeropuerto y una ciudad alrededor de él. Muchos fueron forzados a salir de sus casas, negocios en esta zona fueron clausurados. Por consecuencia, muchos edificios abandonados fueron dejados atrás.
El aeropuerto nunca fue construido. No se les permitió a las personas volver a sus casas. Sus hogares, décadas después, aún siguen ahí, con algunas de sus pertenencias intactas.
En Reesor Road, a un lado de algunas casas que están ocupadas hoy en día, encontrarás un camino de tierra que lleva al bosque. Si lo sigues, a poca distancia te guiará a una casa abandonada, al aire libre. Ve adentro. La casa ha sido vandalizada por algunos adolescentes y el techo empieza a caerse, pero fuera de eso está en buenas condiciones.
A la mitad de la casa verás unas escaleras que llevan al sótano. En la entrada de las escaleras, las palabras «VETE AHORA» estarán pintadas con aerosol en la pared. No les hagas caso. Baja las escaleras, siéntate en el suelo, y espera.
Exactamente a medianoche, si hay luna llena, una mujer anciana bajará las escaleras. No puedes esconderte de ella pues te notará enseguida.
«Es muy tarde», te dirá. «¿Necesitas que te lleve a casa?».
Di que sí. Ella te guiará arriba y hacia su auto, que estará estacionado en el camino de tierra frente a la casa. Cuando entres, ella no te preguntará a dónde ir, simplemente comenzará a manejar. Cuando lo haga, pregúntale, «¿Puede llevarme más lejos de aquí?».
Te responderá, «Ésa es una pregunta atrevida. Veré qué puedo hacer».
Luego, te dará un cubo de Rubik que tomará de su bolso. Será fácil de ordenar, así que no te preocupes. Pero cuando hayas acabado, una mitad se le caerá, revelando una pregunta escrita dentro del cubo. Ésta será completamente aleatoria, una con una respuesta que quizá sepas muy bien, u otra que requiera mucha consideración; pero siempre será críptico, posiblemente relacionado con algún evento pasado de tu vida. Ella volteará hacia ti mientras estás pensando en la respuesta, y dirá, «¿Y bien?».
Si tu respuesta es correcta, la anciana te dará un pedazo grande de caramelo, pero al desenvolverlo, encontrarás un diamante dentro. Por alguna razón, sin embargo, luego de que lo hagas comenzarás a sentirte un poco vacío, como si no estuvieras al tanto de algo importante. Finalmente ella te dejará en tu casa sano y salvo, pero la sensación no se irá.
Si la respuesta es errónea la anciana se estrellará contra el auto más próximo. No morirás en el accidente, pero tus heridas serán graves. Los días siguientes estarás agonizando, pero estarás completamente consciente, siendo incapaz de dormir. La anestesia y los calmantes no tendrán efecto en ti. La anciana saldrá ilesa. Ella te visitará en el Hospital de Markham-Stoufville, y colocará su mano en tu frente. Cuando lo haga verás la cosa más hermosa que hayas visto en tu vida, y lo que viene después aún es un misterio. Ella te dirá, sin embargo:
«Estás listo».



opinion: 
en mi opinion me resulto interesante este juego pero no creo que todos lo puedan jugar ya que tendrian que viajar a Toronto 

el juego de las escondidas

Creo que todos hemos jugado alguna vez a las escondidas. Una persona cuenta, otra persona se esconde, luego la persona que contó debe buscar a quien está escondido.
Como hija única, tengo que decir que es un juego que he aborrecido siempre… pero aquí hay una solución para quienes no tienen con quién jugar.
Sólo debo advertirte que una vez hayas empezado, deberás continuar hasta el final… dejarlo a la mitad es muy peligroso para ti y tus seres queridos. Quienes, por cierto, no deben estar en la casa al momento que juegues. Se recomienda también dejar todas las puertas sin cerrojo y mantener un celular contigo todo el tiempo, por si acaso.

Para este ritual vas a necesitar un muñeco de algodón que tenga brazos y piernas, arroz, una aguja e hilo color rojo, una taza de agua salada, un cuchillo o cualquier herramienta punzante y un lugar donde esconderte —en lo posible, una habitación purificada con incienso— que tenga un televisor en buen estado.
Extrae todo el relleno del muñeco y reemplázalo con arroz; esto representará los órganos del muñeco y atraerá a los espíritus. Corta alguna de tus uñas y colócala dentro del muñeco. Ahora cose al muñeco de nuevo utilizando el hilo, y ata el resto del hilo a su alrededor para representar a una artería, sellando así al espíritu que invocaste.
Llena una bañera o algún recipiente grande con agua y pon la taza de agua salada en la habitación donde te esconderás.
Ponle un nombre al muñeco —el que quieras, excepto el tuyo—.
Empecemos a jugar…
A las 3:00 a.m. dile al muñeco tu nombre y «es el primero». Tú serás el primero en buscar.
Ve al baño y pon el muñeco en la bañera con agua. Apaga todas las luces de la casa, ve hacia tu escondite y enciende el televisor. Cierra los ojos, cuenta hasta diez, vuelve al baño y apuñala al muñeco con el cuchillo. Ahora di, «Tú eres el siguiente», seguido del nombre del muñeco, al tiempo que lo pones en el piso del baño. En cuanto el muñeco toque el piso corre hacia tu escondite. Has roto el sello que retenía al espíritu dentro del muñeco; ahora ese espíritu está enojado, y te busca.
En tu escondite podrás sentir la presencia de lo que sea que está buscándote mediante el televisor. Éste empezará a comportarse de modo extraño a medida que «ello» esté más cerca de ti. No te muevas ni hagas ningún sonido. Si purificaste el ambiente con incienso, el espíritu no entrará.
Cuando te canses, pon en tu boca media taza del agua con sal —sin tragarla ni escupirla; así te mantendrás protegido de lo que merodea por tu casa— y, con el resto de la taza en tu mano, sal de la habitación y comienza a buscar a tu compañero de juegos. De más está decirte que no se encontrará en el baño. Cuando lo encuentres, échale el resto del agua salada y escupe sobre él la que tienes en tu boca. Grita tres veces «Yo gano». Deja que el muñeco se seque, quémalo y luego deshazte de él.
No extiendas este ritual por más de dos horas.